Una buena lectura, un buen Habano y el mejor café del mundo, son mi espera y contemplación de la obra plástica en proceso.
Al öleo y con espátula, los tiempos de secado aumentan y aún pintando varios lienzos a la vez, llega el momento de saber esperar. Cada momento, cada aroma, cada sabor cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario